glass

Los conflictos generados por la ciberocupación pueden afectar a cualquier persona o negocio, pero los dominios vinculados a las grandes empresas multinacionales son uno de los blancos favoritos. Esta vez, el foco de la disputa fue un nombre relacionado a Google y uno de sus productos más novedosos, y el gigante de los buscadores no se quedó de brazos cruzados. ¿Cómo le habrá ido?

Un reciente caso puso en escena a Google Inc., que demandó a Jeykumara, con domicilio en Watford (Gran Bretaña), para quitarle el nombre <googleglass.es>. El reclamo fue presentado el 20 de enero de 2014 ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y la decisión se dio a conocer hace dos semanas.

¿Qué es Google Glass? Se trata de un dispositivo de visualización de realidad aumentada desarrollado por la empresa de Mountain View (California, Estados Unidos) en forma de gafas, que permiten contar con información contextual de acuerdo a lo que el usuario mira o a su ubicación, gracias a una pantalla incorporada al lente y a una cámara digital situada en el marco, mostrar información desde un smarphone sin usar las manos y acceder a la web mediante órdenes de voz, entre otras funciones.

El nombre de dominio en disputa fue registrado el 19 de abril de 2013. En aquel momento, el producto ya había sido publicitado y difundido en España y en todo el planeta, y se estaban realizando una serie de pruebas en distintos ámbitos. Además, la compañía había presentado el prototipo en los primeros meses de 2012.

Google demostró ante un experto del Centro de Mediación que el dominio era igual o confusamente similar a varias marcas comunitarias e internacionales que tiene registradas y también que el demandado no poseía derechos o intereses legítimos para explotarlas. La importante difusión que se le da a la empresa hacía improbable que Jeykumara no conociera su existencia antes de registrar el nombre.

Además, el sitio en cuestión contenía noticias relacionadas con distintos dispositivos de realidad aumentada, incluyendo a Glass, y múltiples enlaces de publicdad, mediante los cuales se intentaba atraer a los usuarios intencionadamente y con ánimos de lucro. Por esta razón, quedó en evidencia que estaba siendo usado con mala fe.

Lo llamativo es que la parte demandada no respondió los alegatos ni se ocupó de elaborar una defensa. No opuso resistencia al pedido del gigante de los buscadores y, ante la gran cantidad de pruebas, se le ordenó transferirle <googleglass.es> a Google Inc. Ahora, la empresa de Mountain View puede mirar con más nitidez hacia el mercado español.

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